lunes, 15 de junio de 2009

Mignola y Del Toro

Como vidas que fluyen paralelas y que fortuitamente se encuentran, así son los trabajos de Guillermo del Toro y Mike Mignola. Tan diferentes pero con una suerte de fraternidad maléfica que los envuelve y los iguala. Aquí presentamos sus respectivas nuevas novelas, campo en el que son ambos primerizos.

Nocturna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan.



Un avión procedente de Berlín aterriza en Nueva York. Pero algo no funciona bien desde el momento en que toma tierra. Todas las luces del avión están apagadas, nadie responde a las llamadas de la torre de control, nadie contesta a los teléfonos móviles. Parece como si el avión estuviese muerto...

Lo que al principio se considera un virus muy contagioso pronto se revela como algo aterrador. Los “infectados” tienen mucha sed y sólo quieren beber... sangre. La epidemia se propaga a una velocidad de vértigo, y en pocos días toda la isla de Manhattan está invadida. Pero esto no ha hecho más que comenzar. Hay un plan siniestro para conquistar rápidamente todo el planeta.

Los viejos vampiros han regresado. La lucha entre el bien y el mal vuelve a encarnarse en estas criaturas tan antiguas como actuales. La desigual lucha entre estos seres sobrenaturales y una raleada banda de héroes humanos nos arrastra a una historia llena de acción, alianzas, traiciones y batallas que nos hace reflexionar sobre la condición humana, en la mejor tradición de las películas de su autor, Guillermo del Toro.

Baltimore, de Mike Mignola y Christopher Golden.


“¿Por qué los muertos se levantan para atormentar a los vivos? Le pregunta el capitán Henry Baltimore a la malévola criatura alada. El vampiro sacude la cabeza. “Fuiste tú el que nos llamaste. Todos vosotros nos llamasteis con vuestra guerra. El estruendo de vuestros cañones nos despertó de nuestras tranquilas tumbas… Vosotros, asesinos. Vosotros beserkers… Nunca podréis deshaceros de nosotros”.

Cuando lord Henry Baltimore despierta la ira de un vampiro en los campos de batalla infernales de la Primera Guerra Mundial, el mundo ha cambiado ya para siempre. Se ha desencadenado una virulenta plaga, de tal magnitud que ni la muerte puede terminar con ella.

Ahora tenemos al solitario soldado embarcado en una batalla eterna contra la oscuridad, Baltimore reúne a tres antiguos amigos en una apartada posada, unos hombres cuyos viajes y fantásticas experiencias les inducen a creer en el mal que está carcomiendo el alma de la humanidad.

Mientras los hombres esperan a su viejo amigo, comparten algunos cuentos de terror y desgracias, y debaten qué roles desempeñarán en la eterna batalla de Baltimore. Antes de que termine la noche van a tener ocasión de saber qué se necesita para erradicar de una vez por todas la plaga y esa criatura que Baltimore llama su némesis.

domingo, 14 de junio de 2009

El Gato Negro. Y van cuatro...



Una vez más, los amiguetes del club de lectura de la Librería Zifar se reúnen en su guarida habitual. La piel fría, de Albert Sánchez Piñol, será el punto de partida... aunque luego nos desviemos, como de costumbre, y acabemos hasta las trancas de café y relatos de vampiros.



Será el sábado 20 de junio, hacia las 18:00 horas.

Sé que no fallaréis.

lunes, 1 de junio de 2009

Pociones mágicas

La paz y tranquilidad de nuestra aldea librera se ve alterada por un nuevo ataque del imperio editorial en lo que se avecinaba como un agradable verano de comercio de libros de bolsillo y menhires. Escritores, generales en jefe del ejercito de los cuatro puntos cardinales, amenazan con hacernos frente con todas sus legiones de fanáticos enfervorecidos. Comandan Ildefonso Falcones, de la guardia del este, Stieg Larsson, el centurión fantasma del norte, Gerónimo Stilton, caudillo del mundo de fantasía, y Alejandro M. Gallo, procónsul de Astúrica Augusta. Andreu Martin, James Elroy, Andrea Camilleri, John Grisham, Patricia Cornwell, Enrique de Hériz, Domingo Villar, Andrés Trapiello, Boris Izaguirre, Guillermo del Toro son sólo algunos de los temibles pretorianos que los secundan.







Advertidos quedáis.